MIS MONTAÑAS 6

PALERO (TRES MARÍAS)

El valle de Villamanín aporta, tras el Fontún, otra cumbre a esta crónica de montañas, o mejor podría decir otras cumbres, pues me refiero a las Tres Marías, que cierran por el oeste el horizonte del valle, con su cumbre más esbelta, aunque la más baja, el Palero, de 1881m de altitud. Las otras dos cumbres son la María de en medio 1907m y la María de los Corros 1957m. Detrás de ellas y separada por una larga cresta, se encuentra otra cumbre, menos vistosa, la Peña Esquina 1951m, que en los mapas antiguos figuraba como Peña Ortegal.




Aunque las hemos identificado como pertenecientes al valle de Villamanín, a cuyo Ayuntamiento pertenecen, sus aguas desembocan al Bernesga dando un largo rodeo por el río Casares hasta Geras de Gordón y desembocan al Bernesga en las cercanías de Pola de Gordón, aunque una buena parte de sus aguas se pierden hoy hacia Asturias por los túneles del AVE, en una nefasta gestión de ingeniería, que no tuvo en cuenta las características geológicas de la zona.

Los pueblos que se asientan en su base, Casares, Cubillas y Viadangos, no pertenecen a la hermandad de la Tercia, como los del resto del valle, sino al señorío de Arbas, cuyo apellido llevan.





La más baja de las Marías, el Palero, tiene el aliciente de nos ser una montaña fácil, No necesita escalar para llegar a la cima, pero la aérea arista este de su ruta normal echa para atrás a más de uno, y hacen de ella una ruta delicada en invierno. Mi primer intento de subida fue en marzo de 1971, pero falló la intendencia. Salimos en el tren de las 6 de la mañana a Villamanín y de allí por carretera, andando con mucha nieve, los 12 km hasta la base de la montaña, momento en que tuvimos que dar la vuelta, por falta de tiempo, para llegar a coger el tren de las 6 de la tarde en Villamanín. Ese verano llegué, por fin, a la cumbre, andando también desde Villamanín. No había otra.






El Palero cuenta con alguna vía de escalada, dos muy antiguas, de 1969, la Miguel-Fernando (Miguel de Godos-Fernando “Navarrico”) en la cara SE, y el Corredor N (Isidoro Rodríguez-Jesús “Mesias), y tres vías modernas, de Borja Araque, en la cara O, Los Menhires, Mammutoff y Doble o nada . Una actividad interesante tras alcanzar la cima es bajar rapelando por la cara Oeste, en tres rapeles equipados, y continuar subiendo a las otras dos Marías.







Al margen de la actividad montañera, el entorno de las Tres Marías permite observar el paisaje que modeló un enorme glaciar que cubría el valle hace unas decenas de miles de años, con su circo de cabecera entre las Marías y La Carbajosa y el Cueto Negro, y que bajaba por el valle que llega a Viadangos de Arbas. En su máximo glaciar la cantidad de hielo era tal, que rebasaba la altura del valle y derivó otra lengua hacia donde hoy está Casares de Arbas, dejando visible una morrena que iremos pisando si subimos hacia el Palero desde este pueblo. Tenéis más información en la Guía del Patrimonio geológico de las comarcas de Cuatro Valles, https://www.cuatrovalles.es/librosflash/guia_geo/files/assets/basic-html/page-1.html#

https://www.cuatrovalles.es/index.php/el-valle-glaciar-de-viadangos-de-arbas

http://senderismocastillayleon.com/cronica/tras-las-huellas-del-hielo-en-el-valle-de-arbas-leon/






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PEÑALBA y el Collado Jermoso

TORRE PEÑALBA (2.466 m)

Por terminar con el entorno del Collado Jermoso, de entre las muchas cumbres que lo rodean, voy a destacar una. Elevada verticalmente sobre el refugio, la Torre Peñalba forma parte de una triada que con la Torre Delgado Ubeda y la Diego Mella cierran por el norte el macizo del Llambrión.

El nombre de Peñalba no viene como podría pensarse de su color, sino que fue bautizada a principios de los años 30 a propuesta de Ángel Alonso "El Porrero" de los Llanos de Valdeón, poniéndose el nombre en honor del Club Peñalba de León, sociedad filial por entonces de Peñalara de Madrid, y que fue la sociedad pionera del montañismo en León. Este nombre aparece ya en el mapa de Boada de 1935.

Esta cumbre presenta dificultades para su ascensión por todas sus vertientes. La primera ascensión fue llevada a cabo, en solitario, por Alfonso Martínez "Fonso de Camarmeña", el 8 de Agosto de 1944, con motivo del IV Campamento Nacional de Montaña, que en la práctica sirvió de inauguración del refugio.

El 24 de Septiembre de 1958,Pedro Udaondo y Angel Landa (que venían de conquistar la Canal del Pájaro Negro a Torre Santa) y José Mª Regil consiguen la ascensión del marcado y espectacular diedro que se alza vertical sobre el refugio. Comienzan por el itinerario seguido en 1956 por Salvador Rivas, Francisco Brasas y Pedro Acuña, la famosa cordada del "perro que fuma", hasta la cornisa que enlaza con la vía normal. Desde allí fuerzan el diedro hasta la antecima y de ella a la cima. 

Todas las rutas presentan dificultad para llegar a la cima y en todas es aconsejable rapelar para el descenso. La ruta o rutas normales va buscando mediante algunas cornisas dar la vuelta hacia la cara norte, con mala roca en general, aunque poca dificultad, para salir a la antecima, donde dos largos de IV nos llevan a la cima. El gran diedro presenta una dificultad máxima de V+/6a, según se vaya por alguna de las diversas variantes que existen, aunque el desplome para acceder al diedro nos presenta un pequeño muro desplomado con mala roca, que los croquis proponen de 6b/A1, y, evidentemente yo hice montado en los estribos. Creo recordar que eran dos pasos de estribos.


















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EL COLLADO JERMOSO, LA ARQUITECTURA GEOLÓGICA DE LOS PICOS DE EUROPA


El alpinismo o montañismo, entendido en sentido amplio, ha sido desde sus orígenes parte del conocimiento y descubrimiento del patrimonio geológico de las montañas del mundo. Si nos centramos en los Picos de Europa, puede dudarse si fue la curiosidad científica la que llevó a los geólogos a las cimas o la curiosidad montañera la que hizo que se interesasen por los aspectos geológicos de las cumbres a las que ascendían. 



Ejemplo destacado de ello es Casiano de Prado (1797-1866), quien en 1856 logra ascender a la cima del Llambrión, 


Unas décadas más adelante nace la figura más importante de esta dualidad de montañero y geólogo. Se trata de Gustavo Schulze (1881-1965). Sus trabajos geológicos son impresionantes por su detalle y rigor científico, aunque nunca lo plasmase en una obra escrita. Los conocemos por sus magníficos cuadernos de campo publicados en 2006 por la geóloga y Montañera Elisa Villa Otero. Alpinista y experto escalador, Schulze asciende a numerosas cimas de los Picos de Europa, casi siempre en solitario. Nos deja dos grandes ascensiones para la historia del alpinismo, ambas en 1906, ambas segundas ascensiones, pues desconocía que se hubiesen ascendido anteriormente, y ambas por rutas nuevas y difíciles. La primera es la ascensión a la Torre del Tiro Tirso, por la cara sur y descenso por el espolón O. La segunda al Naranjo de Bulnes, por la cara norte, donde utiliza por primera vez en España la técnica del rappel para descender con cuerda por la cara sur. De esta segunda ascensión si conoció a los primeros en subir, Pedro Pidal y Gregorio Pérez, “el Cainejo”, pero no a los de la primera al Tiro Tirso, pues no fue hasta 2010 en que conocemos una escalada anterior, de John Ormsby y Eusebio Díez Pesquera en 1872, gracias a la investigación histórica publicada por Elisa Villa y Jesús Longo en Peñalara, https://www.xuliocs.com/PDF/elisviajpics.pdf, , versión recogida en primera persona por Alfredo Íñiguez, http://cimbfred.blogspot.com/2011/01/una-primera-ignorada-la-ascension-de.html?m=0 y en el artículo de los tres, https://www.alpinejournal.org.uk/Contents/Contents_2012_files/AJ%202012%20258-265%20Iniguez%20et%20al%20Picos.pdf, pero que esta misma autora, en otra investigación, https://www.xuliocs.com/PDF/elisa-villa-ascensiones-casiano-prado-ormsby-picos.pdf, rebate esa escalada y vuelve a dar a Schulze la primera al Tiro Tirso, con un relato de su impresionante subida y descenso en solitario, en https://www.xuliocs.com/PDF/elisa-villa-penalara-descenso-schulze.pdf

Por si queréis leer los artículos de esta investigadora, geóloga y montañera, https://www.xuliocs.com/elisvillres.html

A Casiano del Prado se le dedicó la cumbre hermana del Llambrión, situada al sur de dicha cima y con una altura de 2613m. Schulze no tiene cumbre, pero Elisa Villa tiene gestionada ante el Instituto Geográfico Nacional, Parque Nacional de los Picos de Europa y demás instituciones competentes la solicitud de adjudicar el nombre de Torre Schulze a una cima situada entre la Torre del Tiro Tirso y la Torre Blanca, con una altitud de 2638m y conocida como Torre sin nombre.

En 2010 el Instituto Geológico y Minero de España publica una Guía Geológica del Parque Nacional de los Picos de Europa, coordinada por la citada Elisa Villa, y que tiene uno de los capítulos dedicados al Collado Jermoso, en un magnífico itinerario geológico ilustrado con fotografías y croquis muy didácticos. El Collado Jermoso nos aproxima, como dice el subtítulo del itinerario, a la arquitectura geológica de los Picos de Europa.












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EL REFUGIO DEL COLLADO JERMOSO

Si hay un lugar idílico y majestuoso en Picos de Europa, éste es el collado Jermoso. Situado en tierras valdeonas, en el límite occidental del Macizo Central. Colgado a más de dos mil metros de altitud sobre el valle del Cares y enfrentado a la majestuosidad de la Torre Santa, el collado está arropado por la mole del Llambrión. Desde el valle parece imposible llegar hasta allí. La proximidad del mar Cantábrico hace que tenga el clima característico de los Picos de Europa, con abundantes períodos de buen tiempo cortados radicalmente por inesperadas e intensas tormentas. La altitud hace que pueda nevar incluso en los meses de verano y son muy frecuentes las intensas nieblas, conocidas en la zona como "encainada", que pueden durar incluso días. El collado Jermoso tiene a su favor una orientación privilegiada. Los atardeceres, con el sol desapareciendo detrás de la Torre Santa son uno de los mejores espectáculos naturales que podamos observar, y quien ha sido testigo de uno de ellos nunca lo olvida.

Hace unos años, la revista GRANDES ESPACIOS publicó un especial sobre el Collado Jermoso. Tenéis un pdf del artículo en 

http://roble.pntic.mec.es/ctorio/ColladoJermoso-Cristino_Torio_GRANDESESPACIOS.pdf




He tenido la suerte de conocer a todos los guardas del refugio, desde el primero, Quico Casado, pasando por Guillermo Roldán, Luis Casal, Adolfo Cuétara y el actual Pablo Sedano. Tenéis fotos de ellos y alguna más en el álbum https://www.facebook.com/media/set/?set=a.1961890137362985&type=3







La situación estratégica del collado dio a pie a Diego Mella Alfageme, primer presidente de la Federación Leonesa de Montañismo, a pensar en construir en este punto un refugio, después de pasar por allí en 1930 camino del Llambrión. El lugar lo tenía todo a su favor: una pradera siempre verde, agua y protección del viento y de los aludes. Mella contó sus planes a Julián Delgado Úbeda, arquitecto y presidente de la Unión de Sociedades Españolas de Alpinismo, embrión de la futura FEM, quien desde acogió la idea con entusiasmo. Finalmente, durante el Campamento Nacional celebrado en Cordiñanes en 1935 y organizado por el Club Peñalba (sociedad filial de la RSEA Peñalara de Madrid) se decidió emprender la construcción del refugio. 

Todo estaba listo para iniciar las obras en el verano de 1936. El proyecto estaba redactado con todo detalle; la dirección de obra se había contratado a un portugués que ya había trabajado con Delgado, y del transporte de los materiales se ocuparían los vecinos más necesitados del valle que acarrearían vigas, cemento y ladrillos desde el puerto de Pandetrave por la vega de Liordes… solo faltaba el dinero. Las Sociedades Peñalara y Peñalba contribuyeron con 1.500 pesetas cada una e inician acciones dirigidas a conseguir fondos, como la edición de sellos conmemorativos. El Ayuntamiento de Valdeón colabora con una magra cantidad: 100 pesetas. Con lo que se reúne se decide levantar las paredes y la cubierta y dejar el resto para el año próximo. Pero la Guerra Civil trunca de raíz el proyecto.

En el verano de 1940 vuelven otra vez manos a la obra, con la misma ilusión inicial. Francisco Casado es el contratista, Liborio Liébana, de Pedrosa, el carpintero y Daniel Abascal el encargado del transporte. Pero es al año siguiente cuando la construcción adquiere un ritmo considerable. La piedra utilizada para los muros es arrancada de las proximidades del refugio, como vigas se se emplean los raíles de las minas de la Vega de Liordes, ya abandonadas. Entre 1941 y 1942 los vecinos del valle, sobre todo cainejos, transportaron 25 toneladas de cemento, pizarra, yeso, ladrillos, madera... Algunos hacían dos y tres viajes al día cargando entre 35 y 40 kilos en cada uno de ellos. El salario era de un real (0,25 pesetas, menos de 1 céntimo de euro) por kilogramo y se cobraba por medio de un vale, canjeable la mayor parte de las veces por harina.

Se construye un edificio rectangular de 12 metros de largo, elevado sobre el suelo dejando un sótano para aislarlo de la humedad, y tejado de pizarra sobre madera que dejaba un desván sobre las dos habitaciones (cocina-comedor y dormitorio).

El 22 de agosto de 1942 tuvo lugar la inauguración oficial, aunque la extraoficial ya la habían hecho un grupo de montañeros del club Peñalba que se encontraban en el refugio dando los últimos retoques. Malentendidos o intereses particulares entre Abascal y Casado y Delgado Úbeda hacen que el uso del refugio no se pueda hacer efectivo hasta 1944, tras construir el anexo al refugio para guardería y el amueblado interior, donde se instalan dos cocinas guarnecidas, dos mesas de madera maciza y seis taburetes y se acondicionan dos literas de cama corrida en el dormitorio, lo que da una capacidad para una docena de montañeros. El refugio consta de una cocina-comedor, un dormitorio y el edificio anexo de la guardería. A finales de este año se nombra guarda del refugio a Francisco Casado “Quico”, quien atiende en estos primeros años en compañía de su hermana Benita, con un contrato que les obliga a mantener la cocina y una cantina.

Las extremas condiciones climatológicas del entorno hacen que el refugio se deteriore rápidamente. En 1968 Mella solicita a la FEM la ampliación del refugio y construcción una habitación contigua que aumente el número de plazas, y la rehabilitación del tejado y arreglo de paredes y ventanas. En 1969 y 1970 lucha para encontrar el dinero que permita la reparación, pero el dinero no llega nunca y Diego Mella ve deteriorarse el refugio por el que tanto luchó. Se despide de su querido refugio en agosto de 1971 y meses después moriría, a los 69 años. Un monolito, levantado cerca del refugio le recuerda. 

Le sucede al frente de la Federación Leonesa de Montañismo Alberto Valderrama, quien tampoco consigue el dinero para la restauración, y es por fin el siguiente Presidente de la Federación Leonesa, Joaquín Cano, quien implica a distintas instituciones provinciales y nacionales y consigue el añorado presupuesto. Durante los veranos de 1974 y 1975 se organizan desde la Federación excursiones de montañeros que portean hasta el refugio el material necesario, largos tableros para el tejado, pizarra, cemento, yeso, cinchas de plomo... y a mediados de julio de 1976 se hicieron las obras de restauración. Trabajaron dos pizarristas gallegos que estaban haciendo la mili en León y que una vez en Collado Jermoso juraron solemnemente no volver más a ese lugar, teniendo a Quico Casado como contratista y como pinches a Isidoro Rodríguez, Cristino Torío y Antonio Torío. 

En 1979, la Federación Leonesa de Montañismo puso al refugio el nombre de su impulsor Diego Mella.

Quico Casado sigue con la guardería durante los años siguientes, aunque nunca estaba de forma permanente en el refugio. El 28 de septiembre de 1975 la FEM le entrega la placa de “Amigos de la Montaña” en su casa de Santa Marina de Valdeón por su dedicación al refugio. Aunque seguía siendo el guarda oficial, su edad y estado de salud le impedía subir al refugio en los últimos años, y en 1984 le sustituye un entrañable guarda, Guillermo Roldán, montañero madrileño que reside ya en el refugio una buena parte del año y colabora en el mantenimiento diario del mismo, dándole un carácter más acogedor.

A “Guille” le sustituyen en 1986 Ramiro Soto y los hermanos Luis y Miguel Casal Couce, montañeros gallegos que mueren en accidente de tráfico en abril de 1990 en un viaje a León desde el Collado Jermoso.

En 1991 comienza una nueva etapa en la vida del refugio, con la llegada a la guardería del también gallego Adolfo Cuétara Yáñez, quien hace del refugio su modo de vida y se implica en la restauración del mismo, que ya necesitaba un nuevo impulso. Adolfo plantea un ambicioso proyecto que contemplaba el cambio del tejado, impermeabilización de la terraza, cierre del porche, acondicionamiento de los sótanos, escalera de acceso al desván que se habilita como dormitorio para ampliar la capacidad a 27 plazas, colocación de un sistema de energía solar que permita disponer de luz eléctrica, sistema de bombeo de agua desde la fuente y una amplia remodelación del edificio del guarda, que, al fin y al cabo era su vivienda y no se había tocado desde 1944. La descoordinación, cuando no oposición de las administraciones, unas de rango estatal como el Parque Nacional y otras de rango autonómico como el Parque Regional y las consejerías de Medio Ambiente, Turismo y Deportes que nunca se ponían de acuerdo y la escasa colaboración desde la Federación de Montaña de Castilla y León, dificultaron la realización de las obras, que, a pesar de todo se fueron realizando en distintas etapas.

A finales de 2007 Adolfo deja la guardería y se hace cargo de la misma desde 2008 el asturiano Pablo Sedano Galán, quien sigue con la difícil labor de restauración, ampliando el edificio de guardería y mejorando las condiciones de habitabilidad del refugio que consigue tener agua, servicios higiénicos, luz eléctrica y mantener un servicio de cocina y cantina acordes con lo que de un refugio de alta montaña se debe esperar.