Al final tendré que colgar las zapatillas...

Estaba pensando en la evolución y como de aquellas primeras células eucariotas, cianobacterias, hemos llegado a subir montañas difíciles, correr maratones o descubrir estupideces como esta en la que estoy escribiendo, y recordé una cita que oí a Jorge Wagensberg, que decía que "la primera célula eucariota surgió de una bacteria que comía mal y se movía bien y decidió comerse a otra bacteria que comía bien y se movía mal". En resumen, hay que evolucionar para mantenerse con vida. ¿A que viene toda esta pedantería anterior?. Pues a que tuve la última revisión de la rodilla hace un mes y me confirmó la mala noticia que ya me veía venir. Dice el informe como conclusión: "Condropatía interna de grado severo, con áreas de afectación del hueso subcondral en múltiples puntos . Rotura transversal de cuerpo y cuerno poserior del menisco interno" El trauma dice que prefiere no quitarme el menisco roto hasta que no sea imprescindible, para prevenir un poco la evolución de la artrosis. De momento me duele un poco la zona del menisco, pero puedo andar deprisa y subir y bajar bien, aunque lo noto al día siguiente de una subida al monte. Como quiero seguir disfrutando de las ascensiones a las montañas, creo que deberé jubilar las zapatillas de correr. Han sido muchos kilómetros, muchas maratones, algunas carreras por montaña... Hoy se está celebrando la carrera de Truchillas que no volveré a correr, pero quizá el año próximo la haga andando (a veces ando muy deprisa). Bueno el caso es que, de momento, prefiero jubilar las zapatillas
para no tener que colgar las botas. Evolucionar o morir.

13 de mayo de 2012 Sajambre

Organizaba el Yordas la salida a Sajambre. En principio la idea era el travesedo de Beza, pero la excesiva nieve decidió cambiar la idea por subir a La Conia y continuar hasta Puente Vidosa. Al llegar, la niebla lo cubría todo y se incrementó al llegar al pilón de Beza y a la Portillera, por lo que, con buen criterio, se decidió seguir por el camino que va al puerto de la Barcinera y a Vegabaño, donde comimos, bebimos y folgamos, y regreso a Oseja, unos por los Porros, y otros por Soto. Al final el GPS me marcó 22,3 km y 1024m de desnivel. No estuvo mal.