Escalando en Gran Canaria

Llevo unos meses visitando con asiduidad la isla de Gran Canaria. Esta última vez he podido escalar en los tres rocódromos de Las Palmas, Las Rehoyas, el Parque Romano y Siete Palmas (Parque Juan Pablo II) y en una escuela de las afueras de Las Palmas. El Sardo, donde los amigos del club de montaña Neophron han equipado una docena de vías. Un aliciente más para la visita a Gran Canaria.





















































Ruta montañera por la costa norte de Gran Canaria

Este sábado 9 de mayo, Alfredo Cáceres organizaba para el Club Neophron, de Gran Canaria, una ruta por la costa, bordeando por lo alto los acantilados volcánicos.
Salimos de la playa de Las Canteras, del Auditorio Alfredo Kraus, en un día nublado pero ya caluroso de mañana.




















La primera parte es un sendero asfaltado, al lado de la carretera, muy utilizado por corredores, pasando por la estatua del Atlante y que llega hasta una casa colgada, literalmente, sobre el mar, al borde del acantilado. Hoy sería imposible construir allí. Al parecer es de un político ya retirado.


















Bordeamos la casa por la derecha, pegaditos al borde del acantilado, cruzando la escalera de bajada a la piscina que tienen en el borde del mar, y en algún punto teniendo que hacer un pasito de escalada para destrepar o trepar.










































El sendero sigue bordeando el acantilado hasta llegar al barrio de Costa Ayala. Muchos pescadores compartiendo el acantilado.


























Tras algún breve paso por el asfalto, seguimos bordeando la costa, pasando por la Punta de Arucas, Zona espectacular de basaltos, donde está equipada una zona de escalada en el borde del mar, con los descuelgues a pié de sendero y teniendo que descolgarse para comenzar las vías, y una gruta y un par de casitas idílicas en una zona donde algunas personas con niños pequeños tenían sus tiendas para pasar el fin de semana.











































A partir de aquí sigue la misma tónica, pero el sendero está muy arreglado. Menos mal, porque en algunos puntos va muy al borde del acantilado. Formas y colores espectaculares de los diferentes tipos de lavas, hasta llegar a las Salinas del Bufadero.



































































El complejo de las Salinas del Bufadero, aún en actividad, es todo un espectáculo.



























El final ya está muy cerca y, enseguida, salimos al Puertillo. Una cerveza en buena compañía, un bañito en los Charcones y para casa en la guagua tras algo más de 14 km de andadura.