Por las trincheras del Pico Mahón

Domingo 23 de marzo. Ya es primavera, pero debe ser en el corte ese británico, porque nevaba con ganas cuando llegamos a Tolibia. Tenía excursión con los Yordas, excursión organizada (muy bien, por cierto) por Cabero. Salimos nevando de Tolibia de Arriba, pero el tiempo se iba aclarando.
















Dejamos la pista y salimos al cordal con mucho viento y las cumbres del Bodón y Peña Valdorria que se difuminaban entre la nieve.






























Una cresta tendida y muy sencilla nos fue llevando hasta el Pico Mahón, con vistas al pantano del Porma y pasando por restos de las trincheras y parapetos de los que intentaron resistir (sin éxito) a los golpistas que iniciaron la guerra civil de 1936.






















Hicimos cumbre en el Pico Mahón y pasamos a la cima E, que, aunque aparece como secundaria, tiene dos metros más que la principal y ya se sabe que "a mi también me entran ganas de subirme a todo lo que hay en las cimas"


























Bajamos a la collada Tolibia y subimos al Pico Rebueno, un poco más alto que el Mahón, para bajar por la cresta a coger la pista (llena de nieve) que va a la Collada Ferreras.

















La pista, muy llena de nieve, enlaza con el camino de La Cervatina, que entre hayas, robles y algún tejo descomunal nos lleva en dirección a Puebla de Lillo.



























Como se ve en las fotos, a pesar de ser una zona de media montaña, había mucha nieve en todo el recorrido. Solo en las cercanías de Puebla de Lillo pudimos pisar sobre suelo firme, con el fondo de Mampodre y alguna mata de Muérdago que nos hizo evocar a Panoramix.





















Al final, tras 6 horas de camino (tranquilo) y 17 km de recorrido llegamos a Lillo, donde recuperar fuerzas, y donde pudimos corroborar que solo las mujeres pueden hacer más de una cosa a la vez, en este caso estirar la musculatura e hidratarse a la vez,















y visita al templo, donde cada uno reza de la manera que prefiere.