Conocemos poco de lo terrible. Nos queda por descubrir mucho de lo hermoso. Naveguemos hasta llegar al límite. (Thomas M. Disch)
¡qué suerte tienes!, ni siquiera has tenido que vestirte de pijo por un día...
Lo cual no te libra de que pagues unas cañas. Miguel
¡qué suerte tienes!, ni siquiera has tenido que vestirte de pijo por un día...
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