En la cima una enorme cruz (mira que les gusta a algunos lo de santurronear las montañas) del club Collalampa de Santa Lucía. Tenía una banderona de España atada. A eso ya no me aguanté y la quité. La dejé colocada en una covacha que hay justo debajo. Con lo guapas que están las cumbres desnudas o con un jito de piedras a lo sumo... Dejé, a cambio, una piedra con un coral fósil, de esos que nos indican que estamos sobre una roca que se formó hace cuatrocientos millones de años, en un mar tropical. Estaba allí y allí la dejé, para que no me riña Esperanza.
Las vistas impresionantes,
hacia el oeste Fontañán, Amargones y Cerro Pedroso encima del valle de Gordón,
las Peñas del Prado, las Tres Marías y Peña Ubiña,
Brañacaballo y el Fontún al norte,
Correcillas y Peña Galicia al este, afeadas por el enorme agujero de la mina a cielo abierto,
y los valles de Fenar y La Robla al sur.
En la bajada me dio tiempo a retirar alguna banderola de señalización del Trail de la Biosfera que se corrió hace algunos días por aquí (se les olvidaría recogerlas)
y entrar en la cueva donde dicen estuvo de eremita el santo Mateo (menuda tontería estar en un sitio tan malo cuando hay tantos sitios buenos en los alrededores).
Cristo, mira a ver lo que andas quitando por las cumbres...
ResponderEliminarYa sabes que me dan alergia las banderas y la cera de las iglesias
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